Antecedentes
En los últimos años se ha advertido que gran parte de las diversas crisis económicas que se han presentado alrededor del mundo han sido originadas por causas vinculadas al sector financiero más que por cambios en el sector real de la economía. Derivado de lo anterior, se ha reconocido la necesidad de disponer de mayor información del sector financiero de cada país, poniendo cada vez más atención al análisis de la estabilidad del mismo.
En este contexto, en 2004 el Fondo Monetario Internacional (FMI) organizó un ejercicio de recopilación de datos sobre el sistema financiero de cada país para medir y monitorear sus vulnerabilidades y fortalezas. Se trata de un programa a nivel mundial que contempla la participación de 62 jurisdicciones, el cual consiste en el envío de información a ese organismo internacional de diversos indicadores de solidez financiera (ISF), previamente definidos por el FMI a través de consultas internacionales.
El objetivo de este proyecto es la construcción de bases de datos comparables a nivel internacional para evaluar la condición de los sistemas financieros de los países participantes, a fin de generar información confiable sobre la liquidez, rentabilidad y calidad de los activos de las instituciones financieras, entre otros aspectos. Dado que no todos los países participantes compilan el mismo tipo de información, el FMI ha propuesto ciertos estándares para el cálculo de dichos indicadores. De esta manera, las cifras (datos) son acompañadas de descripciones textuales detalladas de cada concepto (metadatos), enfocadas a los términos contables y a la normatividad vigente en cada país.
El ejercicio abarca la compilación de 40 indicadores, los cuales son divididos inicialmente en dos grandes grupos: 12 indicadores obligatorios o requeridos, como parte central del ejercicio, y 28 indicadores de compilación sugerida o aconsejada. Aunque la mayor parte de ellos están enfocados al sector bancario, se contemplan además otros grupos como son: entidades financieras no bancarias, entidades no financieras, hogares, mercados financieros y mercados de bienes raíces.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) ha mantenido la responsabilidad de coordinar este proyecto desde su inicio, a efecto de realizar el cálculo de los indicadores arriba mencionados para su envío al FMI periódicamente, de forma mensual.
Cabe destacar que se ha incluido a los ISF como una nueva categoría dentro la información financiera y económica que proporcionan diversas naciones al FMI bajo las Normas Especiales para la Divulgación de Datos de dicho organismo (SDDS por sus siglas en inglés).
Respecto de la información elaborada, se considera que existe un alto grado de alineamiento a lo requerido por el FMI, presentándose una consistencia completa en la mayor parte de los indicadores, en términos prácticos. Aún y cuando existen ocasiones en las que sólo hay una consistencia parcial, esta situación se explica por razones vinculadas al marco regulatorio vigente o por limitaciones en la información disponible. Por ende, en casi todos los casos, el cálculo de estos indicadores difiere de las metodologías tradicionales utilizadas en la información publicada periódicamente por la CNBV.
De este modo, se cumple de manera continua con este proyecto del FMI, sin que esto haya implicado una mayor carga regulatoria de cualquier tipo para las instituciones supervisadas. Aprovechando el esfuerzo realizado en el mismo, la CNBV considera como positiva la difusión al público en general de la información generada en este ejercicio.
La información respectiva a los FSI puede ser consultada en el siguiente hipervínculo.
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